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Breve historia del pene [4] La última cruzada

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                           E n en los albores del siglo XX Sigmund Freud llevó al órgano sexual masculino a pasear por los nebulosos terrenos del subconsciente humano. De objeto de estudio en las salas de anatomía patológica, el miembro viril pasó a recostarse en el diván del psicoanalista y a cargar, sobre su indefensa e invertebrada anatomía, la responsabilidad de haber dividido a los seres humanos en dos grandes grupos: aquellos que lo tienen y aquellas que lo envidian. De acuerdo a la teoría freudiana, esta simple dicotomía sería capaz de explicar el comportamiento de hombres y mujeres en cada una de las etapas de la vida.      Lo cierto es que Freud fue el más famoso, pero no el único de los investigadores de la psique que se anotó en esta nueva ola de obsesión por el pene. Sus enunciados no dejaron de protagonizar polémicas, así como posteriores estudios, por parte de psicólogos, sociólogos y filósofos como Jacques Lacan, Melanie Klein o Simone de Beauvoir, entre otros.       

Breve historia del pene [3] Miembros famosos del club del falo

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     Es bastante probable que esta misma mañana, entre los muros de la Galería de la Academia en la maravillosa ciudad de Florencia, algún turista se haya mofado (en voz baja, por supuesto, para no pasar por inculto), de las proporciones viriles del David de Miguel Ángel. Y es que, aunque parezca mentira, aún hoy, a más de 500 años de su conclusión, el gigante de mármol sigue siendo motivo de susurros y miradas indiscretas.       Para ser justos debemos mencionar que la estatua del David también causó revuelo en la Florencia del siglo XVI -entre otras  razones- por asuntos "genitales".  Aunque en aquel momento la discusión no se centró en un tema de dimensiones, sí resultó rompedor el hecho de que este joven de cuerpo perfecto apareciera ante los ojos de los espectadores totalmente desnudo y con su órgano viril a la vista de todos. La Edad Media y su oscuro velo sobre las partes non sanctas de la anatomía humana, había comenzado a resquebrajarse poco a poco para dar paso a

Breve historia del pene [2] La vara satánica

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         Hablábamos, en el capítulo anterior de cómo los antiguos romanos -desde los más poderosos generales hasta las más tiernas y delicadas doncellas-, utilizaron amuletos fálicos para mantener alejada la desgracia de sus vidas. Más aún: cada 17 de Marzo sacaban en procesión por la ciudad un enorme miembro viril como parte de la celebración del festival de la Liberalia. Hasta entonces el órgano sexual masculino no suponía un tabú ni  generaba ningún pudor, y así se mantuvo en los primeros tiempos del Imperio, que continuaron siendo aderezados por el simbolismo pagano. Pero con el avance de las nuevas ideas del cristianismo la visión hasta entonces ligera y/o satírica del falo habría de cambiar definitivamente .        La Edad Media (periodo caracterizado por el puritanismo y la represión sexual), fue tejiendo un tupido velo sobre la genitalidad. El miembro masculino pasó a convertirse en un elemento incómodo e indigno de cualquier atención, y las representaciones gráficas y escultór

Breve historia del pene [ 1] Espinas y buena suerte

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          No nos engañemos. En el machista y falocéntrico universo del pene, no todo se circunscribe a una mera cuestión de tamaños. En efecto, un simple ejercicio contemplativo sobre el reino animal sería capaz de desmontar, en un par de minutos, la exacerbada importancia que en la especie humana le hemos venido dando a cualquier adjetivo dimensional antepuesto a la mención del órgano sexual masculino .   Podríamos hablar, por ejemplo, de diseños tan alucinantes como el del pulpo argonauta, cuyo adminículo  — totalmente desmontable y en forma de gusano —,  es capaz de desprenderse de su dueño y nadar por sus propios medios en busca de la hembra deseada.        Pero es obvio que usted no ha llegado hasta aquí con la intención de leer un compendio de anatomía biológica. Entiendo (creo conocer a mis lectores) que más bien se asoma sobre estas líneas con la esperanza de hallar entre ellas cierta información novedosa que le permita engrosar aún más su acervo cultural.   Así las cosas, int

SECONDS OUT: Catorce meses (y cuarenta años) después

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     El Seconds Out estalló en mi cabeza a la par que mi adolescencia. El disco doble de Génesis llegó a mi casa el día en que cumplí quince años, envuelto en un papel de regalo con los muñequitos de Amor es …   La culpable  fue una compañera de colegio, quien con un incierto dicen que es arrechísimo , lo dejó caer despreocupadamente entre la torta y la cava donde seguramente escondíamos las cervezas.     Un día después probé  mis nuevos audífonos con él. Lo recuerdo vívidamente, porque fue amor al primer surco .       Desde entonces hasta hoy el Seconds Out   se quedó para siempre en la banda sonora de mi vida.  Y digo más: cuatro décadas después —y a pesar de tanta agua corrida bajo el puente—, sus delicadas texturas sonoras, la intensidad de sus pasajes instrumentales y la poética de muchos de sus temas, aun son capaces de moverme tanto como aquella primera vez.      Así que el año pasado, cuando supe que el legendario guitarrista de Génesis, Steve Hackett, vendría a presentar en

¿SABÍAS QUE ERAS TAN FEO?

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     Con los cuerpos más hermosos y las almas más horrendas bailó por igual Helene «Leni» Riefenstahl a lo largo de su vida.