Breve historia del pene [2] La vara satánica
Hasta entonces el órgano sexual masculino no suponía un tabú ni generaba ningún pudor, y así se mantuvo en los primeros tiempos del Imperio, que continuaron siendo aderezados por el simbolismo pagano.
La Edad Media (periodo caracterizado por el puritanismo y la represión sexual), fue tejiendo un tupido velo sobre la genitalidad. El miembro masculino pasó a convertirse en un elemento incómodo e indigno de cualquier atención, y las representaciones gráficas y escultóricas del desnudo quedaron reducidas a meros episodios, relacionados en su mayoría con la historia sagrada, los martirios de los santos, el paraíso y el infierno.
El pene se convirtió en un órgano indigno, llegando incluso a ser conocido con el nombre de vara del diablo.
Probablemente relacionadas a esta creencia hayan sido las representaciones pictóricas en las que aparecen los denominados árboles de falos. Manuscritos franceses del siglo XIV contienen imágenes de monjas recogiendo cosechas de penes en los árboles y guardándolos entre sus ropajes. También es muy conocido un fresco descubierto en la Toscana italiana que representó un frondoso árbol cargado de penes.
Como si fueran pocos los malos augurios que debía enfrentar el miembro masculino, las enfermedades venéreas comenzaron a expandirse ampliamente por la geografía europea debido al continuo movimiento de tropas militares. La gonorrea y la sífilis eran tan habituales que provocaron la clausura de muchos baños comunales. En la búsqueda de una solución a este flagelo, un médico italiano de nombre Gabriele Falloppio diseñó, en 1564, el primer condón confeccionado de lino, con un práctico diseño reusable que se ataba con una cinta y que debido al material utilizado, podía ser empapado en leche antes de su uso con la supuesta finalidad de prevenir contagios.
Aunque el preservativo comenzó a utilizarse con frecuencia (supuestamente sólo con fines profilácticos, más no como método anticonceptivo, pues según el mandato de la iglesia las relaciones sexuales sólo estaban permitidas con fines procreadores) las enfermedades se siguieron propagando con rapidez y muy menudo, la única solución, consistió en la amputación del pene del contagiado.
No es de extrañar que los hombres viviesen con cierta ansiedad la posibilidad de una castración severa, bien por enfermedad, brujería o incluso por parte de una amante celosa o una esposa engañada.
Recordemos además que legalmente llegó a existir la posibilidad de anular un matrimonio cuando el hombre era acusado por su mujer de poseer muy modestos atributos. Dado el caso, el marido debía someterse a un examen exhaustivo por parte de un grupo de galenos, matronas y expertos en la materia, con la finalidad de determinar si su órgano viril estaba o no, en capacidad de procrear. Si los resultados del informe atestiguaban alguna "falla", el hombre era declarado “impedido de consumar el matrimonio”, y la demandante obtenía la separación legal de su pareja.
No podemos dejar de mencionar una tendencia que revolucionó la moda masculina de los siglos XV y XVI. Se trató de la bragueta de armar o coquilla, pieza que se sobreponía a los genitales masculinos para enfatizar y exagerar su tamaño.
La bragueta de armar causó furor entre los varones de la época , pasando de ser un simple triángulo de tela, a un artículo acolchado, decorativo y difícil de ignorar.
Los interesados podían adquirirlas de diferentes formas y materiales, algunas de ellas tan exageradas que hacían ver a su portador siempre “dispuesto”. Los sastres dieron rienda suelta a la creatividad en lo referente a formas y otros detalles de diseño e incluso algunas armaduras del siglo XVI las incluyeron.
Finalmente, nuestro protagonista logrará dejar atrás el deshonroso mote de “vara satánica” para empezar a ser conocido bajo la noble y mucho más sugerente denominación de “vara viril". Será el inicio de una nueva era en esta historia.
SUENA EN EL BAR...
Accept Live "Balls to the wall"
CAPÍTULOS ANTERIORES
Breve historia del Pene/Parte 1
Comentarios
Publicar un comentario