THE DAYS OF OUR LIVES: Crónica de la visita de Queen a Venezuela

Septiembre de 1981. Gobierna Luis Herrera Campins, el dólar se cotiza a Bs.4.30  y aun faltan dos años para el llamado Viernes negro. 

Queen acaba de lanzar "The Game" y está en la cúspide de la fama mundial, a su regreso de una extensa gira por Canadá, EE.UU. Europa y Japón. Los cuatro británicos y su manager se hallan más que decididos a aventurarse en los novedosos territorios de latinoamérica, una parte del continente que hasta entonces no ha figurado en el mapa de giras mundiales de los grandes del rock. 

     Queríamos tocar donde no se había tocado nunca antes… todos estábamos muy nerviosos, porque no teníamos ningún derecho a esperar automáticamente una gran bienvenida en un territorio desconocido…. Finalmente lo hicimos. No creo que hubiesen visto antes un espectáculo tan ambicioso, con todas las luces y efectos que utilizamos, relataría Mercury, años más tarde en su libro de memorias.

   En su oficina de Caracas, tras intensas semanas de negociaciones, faxes y llamadas telefónicas, el empresario venezolano Enzo Morera, ha logrado finalmente concretar la realización de tres presentaciones de la banda británica en la capital de Venezuela. Las mismas se sumarán a una especie de coletilla de la gira Latinoamericana inicialmente pautada, que se conocerá como el tour Gluttons for Punishment.


      La visita a Venezuela no es poca cosa. Tras el lleno total de sus cinco recitales, Queen ha logrado inscribirse en la historia argentina como la primera de las grandes bandas de rock en llevar su música a los estadios de fútbol.  Días más tarde también los sorprende Brasil y sus llenos totales en el Maracaná y el Morumbi.  Es allí precisamente, donde ocurre uno de los momentos más especiales para la banda en toda su historia (el cual fue recreado años más tarde en la película Bohemian Rhapsody): Brian, Roger, John y Freddie presencian anonadados cómo ciento treinta mil fans de habla portuguesa corean al unísono su mítico “Love Of My Life”


Argentina,1981

   
Pero a pesar de su innegable trascendencia para la historia del rock, el tour latinoamericano
 termina siendo -por decir lo menos-, un tanto accidentado y debe enfrentar cancelaciones por diversas causas, incluyendo las políticas. El gobierno de Chile cancela el único show planeado, Brasil cancela tres, Venezuela tres y México (país en el que las presentaciones de Queen fueron catalogadas por la prensa como “caóticas pero legendarias”) cancela seis de las nueve fechas anunciadas.  Se estima que el tour sumó al menos un millón de dólares en pérdidas para los promotores en estos tres países.  Increíble, si se piensa que en toda la región, casi cuarenta años después, la gira aún es recordada como un hito histórico que batió records y estableció un antes y un después en la escena rockera de américa latina. 

    El contrato que trae a la banda a Venezuela estipula, en principio, la realización de tres conciertos en el Poliedro de Caracas.  Se imprimen diez mil tickets para cada una de las fechas. Serán conciertos mínimos, comparados a los recitales que acaban de ocurrir en Argentina y Brasil.  Las entradas comienzan a venderse en 120 Bolívares (precio de preventa) y 125 Bs en una segunda etapa (29 dólares al cambio de la época) y  pueden adquirirse en las propias taquillas del Poliedro, Radio Capital, Ocean Side, La Media Nota, La Cueva del Gato y tiendas Carnaby. Por primera vez no se utiliza la boletería típica del Poliedro.  En su lugar se imprimen unos tickets autoadhesivos con el logotipo del Hospital Ortopédico Infantil, el cual será beneficiario de parte de la recaudación por taquilla.
   
    Se inicia la campaña de promoción en radio y TV, a través de los programas de Alfredo Escalante, Plácido Garrido, Iván Loscher, Jesús Leandro y Napoleón Bravo, entre otros, donde suenan insistentemente temas como Crazy Little thing called love y Another one bites the dust, single que para el momento se encuentra en los primeros lugares de ventas en los Estados Unidos.

 Las expectativas son enormes. A través de la prensa y el boca a boca se van develando los detalles del grandioso show que se aproxima: la banda promete una tarima de tres pisos, parrillas de luces móviles, una potencia de sonido nunca antes vista en estas latitudes, fuegos artificiales e himnos inmortales.  Las tres fechas se venden casi en su totalidad con bastante rapidez, por lo que los empresarios deciden negociar un par de conciertos adicionales.  La gira Gluttons for Punishment rompe así otro record, esta vez en Venezuela: el de mayor numero de conciertos pautados por una agrupación musical, con cinco fechas en total.

    Queen pisa tierra venezolana el martes 22 de septiembre de 1981 a las 8:30pm. en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar.  A su llegada desde Los Ángeles, los espera el pausado locutor Alfredo Escalante (presentador del programa de rock La Música que Sacudió al Mundo), quien logra concretar una corta entrevista con Mercury.  Un hecho periodístico no poco relevante,  ya que pasa a ser una de únicas nueve entrevistas exclusivas que Mercury ofreció a lo largo de toda su carrera. 

 “… Fui el único que tuvo acceso a él en el salón VIP del Aeropuerto de Maiquetía. Tuve la osadía de entrevistarlo en inglés, cosa que jamás volveré hacer en mi vida con ningún otro artista. Resulta que el hombre no me entendía y yo tampoco a él, así que fue una entrevista sui generis en donde entrevistado y entrevistador nos mirábamos como gallina que mira sal”, recordaría Escalante años después.

    Los integrantes del Queen y veinticinco de sus acompañantes (rodies, técnicos, sonidistas y fotógrafos), suben a Caracas y se hospedan en el para entonces novedoso Hotel Holliday Inn del C.C. Paseo Las Mercedes. 

   De los tres días anteriores al concierto trascienden en el tiempo varias leyendas urbanas, como la que asegura que el frontman de Queen dedica su tiempo libre a conocer Caracas y que sus nocturnos recorridos lo llevan a visitar los bares gay de la zona de Sabana Grande. En especial se menciona la especie de una de sus “escapadas” junto a Margoix Heminghway (actriz que para la época se encontraba viviendo en el país con su esposo venezolano) a una pequeñísima discoteca de ambiente, ubicada muy cerca de la jefatura El Recreo. Se trata del Bar El Intimo, un lugar sumamente discreto al que se lograba acceder tras tocar un timbre, ser escrutado por la mirilla de una misteriosa puerta negra y pagar el correspondiente importe de 20 Bolívares. 

    Otra historia cuenta que el guitarrista Brian May se deja ver una noche en el Gipsy Club (un exclusivo club nocturno que durante mucho tiempo funcionó en un sótano del estacionamiento del Centro Comercial Paseo Las Mercedes). Igualmente comienza a citarse como cierta la supuesta rumba de Mercury en una barriada de Catia, referencia un tanto ingenua ya que ha sido tomada de un relato de ficción firmado por el escritor venezolano Federico Vegas.

     Lo cierto es que es poco lo que se conoce de los movimientos de esos días.  Aunque es lógico imaginar que debió existir una gira promocional a medios, tan sólo se conservan un par de fotografías correspondientes a la presentación de May, Taylor y Deacon en el programa “Fantástico” con el afamado locutor Guillermo González.  Por alguna razón Mercury no estuvo presente en aquella aparición televisiva.



  
    El presentador Guillermo González puso a bailar a John Deacon en el programa "Fantástico"  
(Fotos: @QueenVenezuela) 

       Las presentaciones de Queen se  realizan entre el  25 y el 27 de Septiembre, siendo la última de ellas la única de la que se conoce un registro audiovisual  (aunque se cree que pudiese existir más material en   los archivos de la desaparecida RCTV).  

     La representación venezolana escogida para abrir el espectáculo es Melao.  Se trata de una agrupación que trabaja una particular fusión de jazz, latin pop y música académica y en cuyas filas militan cuatro músicos excepcionales: Ezequiel Serrano (saxo), “Nené” Quintero (percusión), Lorenzo Barriendos (bajo) e Ilan Chester (voz y teclas).  A pesar del virtuosismo de los músicos nacionales, la presentación de Melao resulta desastrosa, pués el público, netamente rockero, reclama de mala manera el hecho de no contar con una banda más acorde a la ocasión tal como Témpano, Resistencia, La Misma Gente, Arkangel, etc., lo cierto es que a lo largo de su presentación, Melao debe resistir una lluvia de vasos, salvar las congas de una caja de fósforos encendida que alguien lanza desde "la olla" y aguantar estoicamente gritos, abucheos e insultos.  

May en los camerinos del Poliedro con una Polarcita
(Foto CochinoPop)


   Superado el desagradable incidente se encienden las luces. Los rodies preparan el escenario para   la banda británica y  la gente se agolpa a empujones en las ventas de cerveza, que no se dan abasto. La espera es suficiente para recargar las frías. Minutos después, el locutor Plácido Garrido aparece en el escenario para anunciar la llegada de “La Reina”. Las luces blancas de la tarima se encienden al unísono, deslumbrando al delirante público y un Mercury de poblados bigotes, pantalones rojos de patente y chaqueta de cuero negra irrumpe en el escenario mientras la guitarra de Brian May hace estallar el Poliedro con los acordes de la versión rockera del We will rock you. "Hola, Caracas. ¿Qué tal? ¿Bien?”,  Mercury se dirige a la audiencia.  Una audiencia que a partir de desde ese momento y durante los 90 minutos que durará el espectáculo será toda suya.

     Queen ha desplegado en el Poliedro dieciséis cornetas conectadas a una consola de treinta y dos canales, seis amplificadores para el bajo, once para la guitarra, siete grúas mecánicas que movilizan los paneles colgantes con cincuenta y seis reflectores, y un gong de 2.500 kilos.  El sonido resulta tan potente que se dice que en varias oportunidades logra disparar las alarmas anti sísmicas del recinto. Los asistentes al concierto están presenciando algo nunca antes visto por estas latitudes y muy poco posible en otro lugar del mundo.  No sólo ven a una banda en el tope de su popularidad, sino que lo hacen desde una perspectiva única y sumamente afortunada: los más cercanos, a unos diez metros del escenario, los que permanecen en las gradas, a escasos 120 metros de los artistas británicos.
 
    A manera de testimonio sobrevive un registro en video del concierto correspondiente al día 27 de Septiembre el cual, aunque presenta ciertas deficiencias técnicas, resulta un documento invaluable de esta histórica presentación. (Lo dejo al final).  En él, los fanáticos de la banda pueden encontrar momentos únicos y curiosos, como el que le sucede a Brian May cuando rompe una de las cuerdas de su famosa guitarra Red Special, lo cual lo obliga a cambiar de instrumento.  Durante el contratiempo, la banda sigue tocando y lleva adelante buena parte del tema  Im in Love with my car sin él. Otro momento interesante ocurre nuevamente con Brian durante el sólo de Bohemian Rhapsody, ya que debido a problemas técnicos con su instrumento, no logra entrar a tiempo al inicio de la pieza, lo que hace que sus compañeros se vean en la necesidad de repetir cuatro compases tras los cuales el guitarrista logra acoplarse, llegar a la parte del sólo e improvisar, al final de la pieza, algunas líneas melódicas.              



 Tras el primer recital, la prensa local reseña: “…7.533 asistentes al concierto de Queen en El Poliedro de Caracas…” “…el mejor espectáculo de música contemporánea que se ha visto en el país…”. Las expectativas siguen al tope para las siguientes fechas, sin embargo el 28 de Septiembre, el país conoce la noticia de la muerte del ex Presidente Rómulo Betancourt, por lo que el gobierno decreta luto nacional y se suspenden los espectáculos públicos. Casi veinte mil personas se quedan con la entrada en la mano y a pesar de que aún albergan la posibilidad de que la banda regrese tras los conciertos de México, las esperanzas se desvanecen muy pronto.
       
  Según los promotores, Queen cobró cinco millones de Bolívares por su visita a Venezuela  (1.162.790 dólares al cambio de la época) y la empresa reporta pérdidas por casi un millón de bolívares (232 mil dólares) por la cancelación de los dos conciertos. Se anuncia que el dinero de las entradas vendidas será reembolsado.

        Queen, por su parte, no puede salir del país hasta el término del luto nacional.  Su siguiente parada en la gira será México, país en el que hasta un zapato les lanzarán.  Pero esa, ya será otra historia.


@cristinadez

(Con info de @queenvenezuela, @el-nacional,  @queenofficial) 

HOY SUENA EN NUESTRO BAR...

🍸🍺🍷



Comentarios

  1. Yo fui uno de los que me quedé "viendo para San Felipe" por la muerte de Rómulo ...

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  2. Ay no puede seeer! Yo, afortunadamente, era tan fanática que había comprado entradas para el primer día. Inolvidable experiencia! Espero que haya tenido la suerte de desquitarse...

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